Índice de Miseria de Hanke no mide pobreza extrema, sino condiciones macroeconómicas: aseguran economistas

La UNAH ha publicado desde el 2020 a la fecha 14 boletines económicos donde da sugerencias respecto a los cuatro indicadores macroeconómicos que le sirvieron de variables a la publicación del Índice Anual de Miseria de Hanke.

Reconocidos economistas y analistas del país comparten criterio del último informe del Índice Anual de Miseria de Hanke (HAMI) 2020, el cual ubica a Honduras como el país con más miseria de Centroamérica, basado en los valores de la economía; sin embargo, definen que el estudio no se basa en términos de pobreza extrema, sino en condiciones macroeconómicas.

Para llegar a esa conclusión, el Índice Anual de Miseria de Hanke medió las variables “Miseria” y “Felicidad”, el cual calcula el bienestar de los países a través del lente de la economía ocupando Honduras la posición 38 a nivel mundial, la cuarta a nivel latinoamericano y el primer lugar en Centroamérica.

Según los datos analíticos, la variable “Miseria” tiende a derivarse por la alta inflación, los elevados costos de los préstamos bancarios y el desempleo, por otro lado, la variable “Felicidad” se determina por el crecimiento económico, igualdad de condiciones, baja inflación, tasas de interés bajas y abundancia de empleo.

Ricardo Matamoros, director de Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), subrayó que el índice en mención no mide pobreza extrema, sino las condiciones de bienestar, en este caso variables macroeconómicas que se convierten en condiciones que posibilitan que la población se sienta con niveles de infelicidad considerables.

Cabe señalar que otros índices mundiales miden la felicidad en términos subjetivos, no obstante, para Matamoros el Índice Anual de Miseria de Hanke (HAMI) 2020 mide la felicidad con condiciones objetivas mediante datos reales de cuatro variables macroeconómicas.

Insistió que el término miserable se interpretó mal, ya que el índice no mide pobreza extrema, sino las condiciones macroeconómicas  como la inflación, tasas de interés y desempleo.

No obstante, el experto afirmó que no le sorprende la posición de Honduras en ese índice porque en el 2020 se registró un empeoramiento en las condiciones macroeconómicas como el desempleo, donde casi 400 mil personas perdieron su empleo.

Asimismo, detalla que el país tiene las tasas de interés más altas de Centroamérica, “la UNAH y el IIES hemos hecho énfasis en una reforma crediticia integral para bajar las tasas de interés para dinamizar la economía, para reactivar los sectores económicos y generar empleos masivos”.

A la par de esas variables negativas, también se suma el crecimiento económico insuficiente en las últimas décadas, ya que ronda por el 3.3% y al agregarle el crecimiento poblacional, el crecimiento PIB real per cápita es de apenas 1.3% “ese nivel de crecimiento es insuficiente”.

“En ese sentido el Índice sí aporta una evidencia muy importante, más que poder compararnos a nivel de Centroamérica, si da cuenta que estamos con las peores condiciones económicas y la pandemia más las tormentas tropicales Eta e Iota empeoraron la situación que no permite un mejoramiento ni el mantenimiento del bienestar colectivo, sino que empeoró”, resaltó Matamoros.

El académico advirtió que este empeoramiento de las condiciones macroeconómicas en el país puede generar inestabilidad en términos económicos, políticos y sociales (incremento de la migración, de la delincuencia y peligro en la paz social), por lo tanto, esta medición pone en manifiesto la incapacidad para mejorar las condiciones de vida de la población.

Por su parte Henry Rodríguez, jefe de la Economía de la Máxima Casa de estudios, dijo que aunque comparte el estudio, le parece ingrato calcular un índice de miseria porque este término engloba abandono, precariedad, como si estuviéramos en el rincón del mundo “sí somos un país pobre, pero ponernos como miserables es un extremo muy alejado de la realidad”.

“Estamos conscientes que la pandemia nos afectó, que la pobreza está sobrepasando el 70% y el 53.4% de los hogares se encuentra en pobreza extrema, no pueden cubrir la canasta básica alimentaria, la situación es dramática y preocupante porque no se ven políticas públicas claras para motivar y promover el proceso de motivación económica, necesitamos un líder que oriente el proceso y ese papel le corresponde al gobierno, y ahí sentimos que hay debilidad”, remarcó el académico.

Rodríguez señaló que bajo esas variables macroeconómicas medidas por el Índice Anual de Miseria de Hanke sí estamos en esa posición en Centroamérica, pero medido por el método que se utiliza en el país, que es la línea de pobreza medida a través del ingreso, también andamos mal, pero no estamos en el último lugar.

Por último Ismael Zepeda, analista económico del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) dijo que estas mediciones son oficiales y el reflejo de la situación socioeconómica, y por eso nos posiciona como el “campeón” de la miseria en Centroamérica, “aunque no nos guste la categorización”.

 “La extrema pobreza, la indigencia, el desempleo, el difícil acceso a la canasta básica, las altas tasas de interés son producto de 15 años de deterioro institucional, de deterioro del Estado de Derecho, de políticas públicas con malos enfoques y la privatización de la salud y de la educación hace que caigamos a esos niveles insatisfechos de bienestar”, concluyó.

 

 

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